domingo, 22 de diciembre de 2013

Sobre el aprovechamiento didáctico del Cancionero Infantil



Autor: Pedro César Cerrillo Torremocha
Título: Sobre el aprovechamiento didáctico del Cancionero Infantil
Edición digital: Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2007.



A través del artículo “Sobre el aprovechamiento didáctico del cancionero infantil” Pedro César Cerrillo nos muestras todos los aspectos y peculiaridades que tiene el Cancionero Infantil en la vida de nuestros más infantes. Son muchos los puntos positivos que tiene el cancionero, cabe destacar que Cerrillo nos muestra estas cualidades dentro del plano social y cultural de los niños.

En el plano social, el cancionero infantil ayuda a que los alumnos tengan una conexión con la tradición y haya un aspecto común entre el pasado y el presente. En cuanto al plano cultural, el cancionero ayuda a los niños a que creen y construyan una similitud y afinidad con su entorno y con las personas más próximas a ellos, que también tuvieron la oportunidad de disfrutar y concebir canciones, fábulas y leyendas típicas y originales de su ambiente. Se puede considerar que aquellas cosas que pasan de generación en generación es algo mágico y privilegiado que permite una cultura común entre todos los individuos de un determinado lugar, independientemente de cuál sea el sexo y la edad.

Otro aspecto muy importante es el lenguaje que podemos encontrar en esta lírica popular. El lenguaje contiene elementos estructurales, formales y con una lírica cargada se sinsentido. Sin embargo, como en la mayoría de los casos estos mensajes se transmiten de forma oral ayuda a que los niños puedan desarrollar aspectos paralingüísticos, como es la comunicación no verbal, la entonación, el ritmo… etc. Así, podemos ver en el cancionero una fuerte fuente de aprendizaje de habilidades lingüísticas, más concretamente relacionada con la expresión oral.

La lírica popular también ayuda a los alumnos a desarrollar otras habilidades como son la memorización y la socialización. La primera, porque gracias a la recitación de canciones, juegos…ayudamos a los niños a recitar y recordar extensas frases y párrafos, sin olvidar que la entonación y la música ayudan a la interiorización de tales contenidos. Por otra parte, al ser el cancionero un aspecto común y conocedor por la mayoría de los niños, esto ayuda a crear relaciones y uniones entre todos ellos, dándose así una socialización sólida y divertida.

Pedro C. Carrillo, defiende y nos ayuda a considerar necesaria las actividades como : las adivinanzas, los juegos y las canciones para desenvolver las dos características anteriores, además, de ayudar a los estudiantes a penetrarse en unas tradiciones en las que se pueden identificar. La puesta en prácticas de la lírica popular deben estar incluida en todos los ciclos, dado que la diversión y los juegos se observan a lo largo de todos los cursos de la primaria.

Seguidamente, a la hora de expresar el paso de la oralidad a la escritura del cancionero, el autor nos comenta que antes de ser escritos una vez tuvieron un lugar en la lengua oral, por tanto son originarios de la oralidad. A día de hoy hemos olvidado este gran acontecimiento, ya que transmitimos nuestra lírica popular a través de la escritura. Todo esto es criticado por Cerrillo, ya que asume y considera que la lírica escrita no llega ni se transmite con la misma facilidad y sencillez que se hacía anteriormente de forma oral. No obstante, nuestro escritor nos ayuda a reflexionar y a pensar sobre nuevas propuestas que ayuden a nuestros estudiantes a conseguir y volver a vivir la oralidad, para ello se nos propone acudir y considerar la ayuda de nuestros abuelos y padres que vivieron en primera persona todos estos cancioneros que transmitían los más mayores en calles y plazas sin recurrir a libros. 

A continuación, Cerrillo vuelve a retomar su crítica en cuanto a la escritura del Cancionero Popular Infantil, ahora comenta que muchos libros de texto que podemos encontrar en nuestras escuelas hacen un mal uso, o mejor dicho, un uso no adecuado de tales liricas populares, debido a que encontramos libros en los que los cancioneros son utilizados de forma instructiva, como por ejemplo: Primer libro de lectura corriente, de Adolfo Maílo (Salvatella, 1898). Por suerte, en este mismo apartado el autor nos nombra otros libros y autores que no usan ni se observa la utilización del cancionero con el mismo fin anterior, por ejemplo: Lo que cantan los niños, de Fernando Llorca (Valencia: Prometeo, 1914).



Para finalizar, el escritor de este artículo enfatiza en no olvidar que el Cancionero Infantil asume un contenido distinto y necesario para los alumnos, de tal forma que éstos ven en él la motivación y voluntariedad para aprenderlos.

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